La lasaña tiene una historia que se remonta a la Antigua Grecia, donde ya existía un plato llamado "laganon", que consistía en tiras de masa de pasta, que luego se cocinaban con carne o salsas. Los romanos adoptaron y adaptaron esta receta, y con el tiempo, el concepto de las tiras de pasta se fue transformando. El nombre "lasaña" proviene de "laganon", que en latín se convirtió en "lasanum", refiriéndose al recipiente donde se cocinaba el plato. Fue en Italia, durante la Edad Media, donde la lasaña comenzó a tomar su forma moderna, intercalando capas de pasta con salsas, carne, y otros ingredientes. En el siglo XIX, con la introducción del tomate en la cocina italiana, la lasaña se popularizó en la región de Nápoles, tomando la versión con salsa de tomate que conocemos hoy. A lo largo de los años, la lasaña se ha diversificado, con versiones como la lasaña boloñesa, vegetariana, o con mariscos, convirtiéndose en un platillo globalmente amado por su versatilidad y sabor.